martes, 1 de junio de 2010

LOS PESTICIDAS COMO CONTAMINANTES

El hombre ha descubierto productos químicos llamados pesticidas para controlar o eliminar plagas que causan enfermedades que interfieren con la producción agrícola. Entre los que se encuentran los insecticidas que se usan para combatir a los insectos, los fungicidas contra los hongos, los herbicidas contra plantas consideradas nocivas, los rodenticidas contra los roedores, los nematocidas contra los gusanos y los moluscidas contra los caracoles. Se calcula que actualmente se usan más de 3500 plaguicidas orgánicos. Todos ellos pueden contaminar el agua.
La contaminación del agua por plaguicidas se produce al ser arrastrados por el agua de los campos de cultivo hasta los ríos y mares donde se introducen en las cadenas alimenticias provocando la muerte de varias formas de vida necesarias en el balance de algunos ecosistemas. Estos compuestos químicos han provocado la muerte de peces tanto en agua dulce como salada, también se acumulan en los tejidos de algunos peces los que a su vez ponen en peligro la vida de sus consumidores. Los plaguicidas acumulados en las aguas ponen en peligro la vida de animales y vegetales acuáticos. En condiciones de laboratorio se ha observado que algunos de ellos son cancerígenos, teratogénicos y mutágenos en ratas, hámster y monos.
También se clasifica a los plaguicidas por su composición química en:
Hidrocarburos clorados como el DDT que es muy resistente a la oxidación y la biodegradación, pueden permanecer sus efectos hasta más de dos años. El dieldrín es 5 veces más tóxico que el DDT cuando se ingiere y 50 veces más tóxico cuando se absorbe por la piel. Además el clorando, el lindano y el heptacloro que son más tóxicos y se pueden degradar porque son ciclodienos.

Clorofenoxiácidos: Se usan como herbicidas y su actividad tóxica se debe al grupo fenoxi que interfiere a las hormonas de los vegetales. Los más utilizados son el 2,4 D (ácido 4,4 diclorofenoxiacético) y el 2,4,5 T (ácido 2,4,5 triclorofenoxiacético).

Organofosfatos: Son más tóxicos pero no son persistentes como los hidrocarburos clorados, su inestabilidad los hace efectivos para la zona inmediata de aplicación. Los más utilizados son el parathión, el metilparathión, el TEPP (pirofosfato de tetraetilo) y el DDVP (dimetil 2, 2 diclorovinilfostato).

. Carbamatos: Son derivados del ácido carbámico, su actividad puede ser incrementada por la adición de otros compuestos como el piperonyl que tiene efecto sinérgico. Los más comunes son el baygón, el servín, el temik y el zactram.
En la agricultura se dispone de alrededor de 500 plaguicidas sintéticos. Se ha encontrado que algunas plantas contienen sustancias que sirven de insecticidas como el piretrum que se extrae del crisantemo. Entre los plaguicidas sintéticos están los hidrocarburos clorados como el DDT, el dieldrín, el aldrín, el heptacloro, el clordano, el endrín y el lindano.
El problema de la contaminación por plaguicidas es cada vez más grave tanto por la cantidad y diversidad como por la resistencia a ellos que adquieren algunas especies, lo que ocasiona que se requiera cada vez mayor cantidad del plaguicida para obtener el efecto deseado en las plagas. Sin embargo, la flora y fauna oriundas es afectada cada vez más destruyendo la diversidad natural de las regiones en que se usan. Además pueden ser consumidos por el hombre a través de plantas y animales que consume como alimento.

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